viernes, 29 de mayo de 2009

sesión de psicoanálisis ... hoy: "corazón partío" por el licenciado john travolta // fragmento

Nota: este relato no guarda relación con un hecho real _ Bueno, contame -dijo el licenciado John acomodando unos papeles y simulando atención.
- Terminamos - dije sin emoción.
- ¡Que pasó?
- Nada- aporté presuroso - se impuso la razón supongo.
- Pero vos ya sabías.....
..Si, pero lloré - interrumpí-es raro, casi nunca lloro, pero las lagrimas brotaron sin más.
- Lo que es raro es llorar por la no implicancia, el no compromiso - me dice el “enano maldito” y redunda
…”no se implica” o mejor dicho "no se implican"
- No va hasta el hueso -reflexiono - le asusta amar, le asusta que la quieran, todo le asfixia - pienso - bueno, tendrá “Susus” razones – digo, tratando de contemporizar.

_ ¿...y a vos no te asusta también?
- Si, pero... - me quedo en silencio acusando recibo del dardo que me tira.
- Decile que ahora puede venir a hacer terapia conmigo, me dice el “small” esbozando una sonrisa gioconda.
- No, no, no la voy a llamar, no voy a mostrar mi costado débil- agrego.
- Si, tenés razón - me acota el “sopeti”- .. y yo casi muero de la emoción, es la primera vez que coincidimos.
- Pero es posible que en este tiempo - sigue el “short”-
descubra y se descubra como mujer y por ahí se da cuenta que sos el hombre de su vida.
- mmm, lo dudo…y por que no el de “bajada” digo apelando a un chiste tonto que se repetía en mi pueblo como para salir del entuerto.
- Pero me intriga porque quiere venir acá – susurra "el leñador de bonsai” mientras franelea su barba ignorando mi chistonto.
- No sé, pero me lo dijo varias veces – digo con énfasis.
- Si, es curioso – dice y los ojos de “diablillo” brillan en el departamento de caballito.
- Lloré, lloré, lloré, no pensé que podía quererla tanto – digo buscando consuelo en el profesional.
- Pero decime una cosa, ¿vos la necesitas a ella para ser felíz? – me pregunta incisivo.
- No, claro que no - digo tratando de mostrarme seguro.
- Bueno, entonces tenés que ser feliz solo – me dice “el inspector de zócalos” desafiándome.
- Si - digo casi sin convencimiento- trato, pero creo que ella me quiere, nos queremos, quiero saber porque fracasamos.

- Si, es posible que fracasen, fracasar es una posibilidad cierta, hay un tratado que reza.."los que fracasan al triunfar" - dice moviendo nerviosamente sus manos ansiosas de flamante abstinente de nicotina.
- ¿De quien es? - pregunto curioso.
_ De quien va a ser -de Freud - se ríe reconociéndose un seguidor consuetudinario del padre del psicoanálisis - bueno, dejamos acá -dice mirando su reloj que marcha sin importar la angustia de la gente.
- Bueno… pero….-balbuceo- me quedé atragantado con mas preguntas.
- Nos vemos la semana que viene.
- ok, voy a estar bien –digo como para justificar la plata abonada – el dinero es sagrado para una rata (vos lo sabes).
-
Nos vemos, que estés bien –
- Chau, gracias - digo disimulando la bronca.


Gano la calle Guayaquil por donde arrastra sus huesos Laiseca en busca de cerveza y en compañía de sus perros, miro al cielo, está nublado pero no se decide a llover, me propongo caminar hasta mi casa y de paso, mirar a las veteranas burguesas que están buenísimas, tengo que empezar a mirar a otras minas, pero estoy cansado, empiezo mañana.

lunes, 18 de mayo de 2009

Mario Benedetti



Yo no sé si dios existe, pero si existe, sé que no le va a molestar mi duda.




Mario Benedetti